Lo hemos dicho una y otra vez, es muy peligroso calentar al taxista cuando está conduciendo jejeje
Hoy nos encontramos con Carmen que desde lo más alto de sus 22 años se entregará a una sesión de exhibición en un taxi ante la mirada atónita de nuestro abuelo, que para la ocasión, se convierte en una conductora pervertida;) Por suerte para él, Carmen no no hay dinero para la carrera y al final, ¡tiene que pagar en especie! Ah taxista, que gran trabajo 🙂