La dueña de una galería de arte se queja de que su empleado se tomó más de una hora para coleccionar pinturas. Ella se calma muy rápido y el empleado incluso se confía en ella, diciéndole que lleva tres meses soltero. Poco a poco, la conversación acaba en un juego de piernas en el aire donde el jefe acabará en el sofá de la galería en todas las posiciones. La guarra tendrá derecho a una buena eyaculación facial, ¡habiendo sido muy dócil!


0 comentario

Dejar un comentario

Ubicación del avatar

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados con *